El cuerpo ha sido uno de los motivos menos y peor visitados por los filósofos. Buena parte de la filosofía se ha hecho y, lo que es más sorprendente, se sigue haciendo, al margen del cuerpo. Sin embargo las artes han ido abriendo, a lo largo de los últimos cien años, nuevas posibilidades de experimentar el cuerpo y, al mismo tiempo, de pensarlo. Una de esas posibilidades se encuentra en la danza. No he podido asistir a las presentaciones madrileñas de Batsheva Dance Company – http://www.youtube.com/watch?v=hz6nUMwlSqY – en el festival Madrid en danza, pero repasando algunos textos del lamentablemente desaparecido Delfín Colomé y de Georges Didi-Huberman, me decido a proponer unos minutos para contemplar ejemplos de danza contemporánea y escuchar declaraciones inteligentes de uno de los bailarines más interesantes de los últimos años, Cesc Gelabert.
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